Crece el temor ante el aumento de jóvenes nacidos en Europa que van a Siria para participar en la lucha junto a los islamistas radicales. Quieren ayudar a establecer un estado islámico basado en la Sharia que abarque Siria e Irak, por eso se teme que después regresen a sus países de origen europeos con el mismo propósito. Un ciudadano británico declaró en la BBC que había estado luchando en el frente Al Nursra, y que no regresaría hasta que la bandera negra del Islam ondeara sobre el palacio de Buckingham.
En abril del 2014, Tony Blair hizo un llamado urgente a los países Occidentales para que dejaran a un lado sus diferencias. Llamó a Rusia y a China a centrar su atención sobre la creciente amenaza del Islam radical. Blair dijo que hay que hacer frente a la percepción del Islam politizado y radicalizado, que tenía que ser una prioridad en la agenda política global. El ex presidente británico hizo esta declaración en el contexto de sus reflexiones ante la acción del ejército de Egipto contra sus oponentes, los Hermanos Musulmanes. Según Blair, “el gobierno de los Hermanos Musulmanes oprimió sistemáticamente las tradiciones e instituciones del país.”
Antes del discurso de Blair, la prensa británica ocupaba sus portadas con noticias sobre el supuesto aumento de intentos por islamizar los colegios británicos de Birmingham. “Aquí también las demostraciones del Islam radical parecen estar involucradas en “hacerse con las tradiciones e instituciones de este país”.
Se estima que hoy en día el número de musulmanes viviendo en Europa es de 44 millones, no existe una cifra oficial, pero casi cada país europeo cuenta con una minoría musulmana. La inmensa mayoría de ellos son ciudadanos responsables. Pero es importante que los gobiernos de los países del Oeste comprendan que el Islam tiene una fase radical, llámese “Islam político”, que no es homogénea pero tiene tanto un lado violento como no-violento; y que es el lado NO-violento del Islam político el más peligroso para sus sociedades.
“Islamismo” o “Islam político”
Un factor crucial responsable de las tensiones en los países del Este, es la presencia del “Islamismo” o “Islam político” en todas sus manifestaciones, dentro de las comunidades musulmanas. Se puede definir el Islamismo como “formas de teorías y prácticas políticas cuyo objetivo es establecer un orden islámico político, en el sentido de que sus principios gubernamentales, sus instituciones y su sistema legal deriven directamente de la Sharia.”
Los analistas a menudo equiparan a semejantes islamistas con los yihadistas, y no diferencian la no-violencia de unos, de la violencia de los otros. En su estudio sobre la extensión del Islamismo (o Islam político) en Europa, Lorenzo Vidino (académico y experto de seguridad especializado en el Islam y la violencia política en Europa y Norte América, además de ser consejero de la Fundación Europea para la Democracia) describe el islamismo como un “movimiento político en continua metamorfosis y extremadamente diverso.”
Según Vidino, hay básicamente tres categorías de islamistas: opositores o reacios violentos (en su escrito utiliza la palabra “yihadistas”, reacios y participativos no-violentos.
Cada uno de estos componentes del Islam político tiene diferentes estructuras, modus operandi y participación. Por lo tanto, cada uno presenta un tipo de desafío diferente para Europa. Los europeos están prestando por fin atención a las amenazas de los yihadistas, por lo que están desarrollando nuevas soluciones para retenerlos. Esto no se debe, en lo más mínimo, a los cientos de yihadistas criados en Europa que luchan actualmente en Siria –y que si sobreviven– volverán radicalizados. Sin embargo, los europeos todavía tienen un conocimiento muy limitado de los otros dos segmentos.
“Yihadistas” o “reacios violentos”
Los reacios violentos, o yihadistas, como se les nombra a menudo, son redes o individuos que, suelen estar relacionados o inspirados por al Qaeda y que se niegan a participar en un sistema democrático por lo que usan la violencia para alcanzar sus metas,” dice Vidino. Los reacios violentos son normalmente el objetivo principal, si no el único, de los programas contra la radicalización en Europa.
“Reacios no-violentos”
Según Vidino, “los reacios no-violentos son individuos o grupos como los salafistas y Hizb ut-Tahrir que rechazan abiertamente la legitimidad de cualquier gobierno que no esté basado en la ley islámica, pero no abogan, al menos públicamente y abiertamente, por el uso de la violencia para conseguir sus metas.”
“El salafismo predica la vuelta a una era islámica dorada y mítica que solo puede conseguirse por medio de dos fuentes no adulteradas: el Corán y la hadiz. El salafismo no es que solo sean escriturarios, sino que son literalistas. Creen que los musulmanes han de comportarse exactamente como los devotos padres del Islam, siguiendo estas dos fuentes,” escribe Vidino. “La mayoría rechaza la violencia, por lo menos en Europa, pero otros no y por lo tanto están clasificados como reacios violentos, aunque la línea divisoria apenas es visible. El salafismo ha conseguido captar a un creciente número de musulmanes europeos por sus creencias que transmiten sencillez, significado y superioridad moral,” añade Vidino. Una de las tácticas utilizadas en los colegios de Birmingham (artículo en inglés), fue el reclutamiento de padres salafistas en los comités.
“Hizb ut-Tahir (HY) “oficialmente intenta propagar sus ideologías y desafían el actual status quo sin recurrir a la violencia,” según Vidino. Al igual que los salafistas la línea divisoria es muy difícil de trazar. Dice Vidino, que la retórica de HT es muy sofisticada y está hecha a medida para los oídos de los musulmanes occidentales. Los miembros de HT suelen ser jóvenes, profesionales muy cultos pertenecientes a la segunda generación de emigrantes musulmanes llegados a Europa; sus filas están fortalecidas por un pequeño bando de conversos.
Participativos
Vidino ve “al final de la pirámide islamista el componente numérico más significativo del Islam en Europa: los Hermanos Musulmanes y otros movimientos islámicos “participativos”. “Los parcipativos son individuos o grupos que cumplen con el islamismo que aboga por la interacción con la sociedad en general, desde el micro nivel mediante el activismo, hasta el macro nivel mediante la participación en la vida pública en los procesos democráticos,” explica Vidino. “Al contrario que los reacios, estos tipos de organizaciones han optado por tomar la decisión razonable de evitar todo enfrentamiento innecesario, siguiendo una política inteligente y flexible de compromiso con la clase dirigente europea.
El papel de los Hermanos Musulmanes en los países occidentales
Las características del papel de estos “participativos”, según Vidino, “se encuentran subrayadas con precisión en el libro trascendental que se titula Prioridades del Movimiento Islámico en la Fase Próxima, publicada en 1990 por Yusuf al-Qaradawi, unos de los máximos ideólogos de los Hermanos Musulmanes. Qaradawi dedica una gran parte de este libro a la presencia de las minorías musulmanas en países occidentales y la oportunidad sin precedentes que esta oportunidad suponía para el movimiento islámico, el cual, según palabras de Qaradawi, “puede representar el liderazgo ausente de la Nación Musulmana (umma) con todas sus tendencias y sus grupos” guiando y formando las mentes de los inmigrantes musulmanes viviendo en el Oeste. “
Vidino observa, “Qaradawi tiene una receta muy sencilla para el Movimiento Islámico que puede convertirse en la guía para las comunidades de musulmanes en el Oeste: “Intenta tener tu propia sociedad pequeña dentro de una sociedad más grande,” dice Qaradawi, “tu propio gueto musulmán.” El clérigo egipcio aboga por la creación de una red de centros islámicos, grupos de reflexión, revistas, mezquitas, y conferencias para que los el Movimiento Islámico pueda extender su versión politizada entre los musulmanes del mundo occidental. A la vez, Qaradawi aboga por la moderación y apertura relativa cuando traten con no musulmanes. Al menos en esta etapa temprana, escribe, el enfrentamiento solo puede dañar al movimiento, mientras que mostrar una cara moderada permitirá que los Hermanos puedan operar por debajo de la zona de su radar.”
Según Vidino, “El segundo objetivo común, para todos las organizaciones europeas de hermanos, está diseñada para actuar como representantes de la comunidad musulmana en sus países. Convertirse en los aliados preferentes, sino exclusivos, de gobiernos europeos y elites, servirá varios propósitos. Primero, publicar abiertamente y con orgullo, que los Hermanos contribuirán positivamente al futuro de la sociedad europea. Seguidamente, al buscar los valores comunes, los Hermanos se presentarán como una fuerza moderada musulmana, para participar de forma simultánea en la sociedad y extender sus principios islámicos, los cuales serán de beneficio para todos.
Vidino concluye diciendo que, “al cultivar esa relación, en verdad, los Hermanos buscan ganarse la confianza de los gobiernos europeos, consiguiendo así que se les otorgue la administración de todos los aspectos de la vida musulmana de cada país. Ellos consiguen, idóneamente, que el gobierno les confíe la responsabilidad de crear el material educativo y de preparar a los maestros de religión islámica en los colegios públicos, designando imanes en el ejército, la policía o servicios a cárceles, y recibiendo ayudas para administrar diversos servicios sociales.
De vuelta a los colegios de Birmingham
Todo esto nos lleva de vuelta a los colegios de Birmingham. La estrategia de cinco puntos presentada en el documento filtrado que describe “Operación Caballo de Troya”, refleja en si la visión de “Qaradawi para extender el Movimiento Islámico en el Oeste. Es el arquetipo de la estrategia de los participativos.
Consiguen infiltrarse gradualmente hasta hacerse con las instituciones relacionadas con Educación. No hay ningún acto violento; la clave está en hacer presión constante. Esta es la cara no-violenta del Islam político. Aunque crear una cultura de miedo y de intimidación en los colegios, marginar y obligar a los maestros a dejar sus puestos de trabajos, acompañar a clase a los niños en un colegio de primaria, supuestamente no religioso, con cánticos anti-cristianos, o cancelar las actividades cristianas…todo esto, también puede ser considerado violencia, aunque oculta.
El documento “Operación Caballo de Troya”, muestra que los participativos podrían subirse al carro de los padres salafistas. Estos padres no llegarían a cometer algún acto violento, pero podrían radicalizarse para conseguir sus metas religiosas.
El Islam político gana terreno gradualmente
Los gobiernos del Oeste deben comprender que estos sucesos en Birmingham son muy típicos de la forma en que se extiende el Islam en el Oeste. El Islam político va ganando terreno gradualmente, por una parte, con sus demostraciones islámicas moderadas, por otra por la proliferación de mezquitas y en parte por hacerse con las tradiciones e instituciones de los países donde se mueven. Para su estrategia es beneficioso cometer algún acto violento: para los participativos supone la oportunidad de ponerse en contra de los “malos” para ser ellos los “buenos” que están a favor del gobierno. El efecto que produce es un círculo vicioso de políticas apaciguadoras por parte de las autoridades locales que facilitan aún más la extensión del Islam, y deja a la población no musulmana indefensa, o provoca un sentimiento de extrema derecha en la sociedad que está mal visto.
Continúa diciendo que los gobiernos occidentales han de reflexionar bien sobre los límites que se han de establecer sobre las expresiones del Islam político. La cultura “pacificadora” hace vulnerable a sus ciudadanos y a sus sociedades ante la manipulación de los islamistas cuyo fin es conseguir la supremacía del Islam en Occidente. Al final, todo esto podría ser devastador para la sociedad occidental. Es indispensable que se lleven a cabo debates públicos y que el gobierno imponga una política estricta para poder hacer retroceder la marea de expansión del Islam.
“Islamismo en Europa”, Dr. Lorenzo Vidino, Investigador del Centro de Estudios para la Seguridad, ETH Zurich y Consejero en política de la Fundación Europea para la Democracia. (Encomendado por la unidad de investigación de World Watch Research de Open Doors International)
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